sábado, 1 de enero de 2011

Hasta las bolas de las bolas.

Quizás fuera más exacto decir: “de algunos propietarios de bolas”.Me explico.

Hace unos día he sufrido una avería en el coche. Un sufrimiento de 500 Euros.

Según mi mecánico (hombre conocedor y honrado) al coche le han dado un fuerte golpe delantero que ha doblado defensa e inhabilitado el ventilador bloqueándolo al doblarse la chapa. A consecuencia de ello se ha quemado el motor del mismo y hay que ponerlo nuevo.

Lo curioso es que “me han dado y no me enterado”.Por las huellas y otros indicios, el autor del impacto parece haber sido un todoterreno y el arma del delito una bola de remolque.

Sobre los llamados “todoterrenos” no voy a decir nada, solamente que son unos vehículos que detesto. Motivos hay,pero no es el momento de extenderse con ésto.

Es el momento de hablar de las bolas de remolque.

Me pregunto porqué el Código de Circulación permite que se lleven cuando no se encuentra adosado el remolque. También me cuestiono porqué se autorizaron y homologaron esos aditamentos no removibles y que carecen de la obligación de señalizarse; como cualquier cosa que sobresale por la parte trasera de un vehículo.

Respecto a los usuarios ,hay algunos que las ponen para no remolcar nada en su vida, a modo de cuerno de rinoceronte trasero.¿Para qué?:”Por si un día me compro un remolque”, “para que no me den al aparcar”......

Hasta ahora no he conocido a nadie que me reconozca (imagino que les dará vergüenza) y me diga “la he puesto para embestir”.Pero en realidad esa es la única utilidad que les dan a semejante elemento. Otros cabritos; además de embestirte;se van sin comprobar los daños y no te dejan los datos del seguro.A estos últimos van dedicados mis peores deseos y mis mejores maldiciones.

Y no es la primera vez, ni soy el único. Por eso estoy hasta las bolas.

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