martes, 18 de marzo de 2014

Matanza en Monte Arruit



Sin duda alguna la Historia está llena de paradojas y aún más la contemporánea. La tan denostada Guerra del Golfo (aquella del “ No a la Guerra”) provocó una decena de bajas en las Fuerzas Españolas, y la Misión de Paz en Afganistán ya nos lleva causadas más de cien. Pero eso no es una guerra,las guerras son impopulares.

En España,una de las más impopulares ha sido las;tan recurrentes en la Historia de nuestro país;Guerras Marroquíes. Y no sin razón:fueron largas, costosas,cruentas y sobre todo crueles. Muy crueles, pues acabaron en una espiral donde,después de los hechos que relataremos; acabamos bombardeando con gas mostaza (cuando ya se había prohibido su empleo) los poblados bereberes.

Y no digamos costosas en vidas. Y es que ;al menos para mí;los números son importantes. Cada vida que se pierde es una tragedia personal,familiar y social; por ello, en mayor cuantía la tragedia se convierte en catástrofe.

Así me atrevo a calificar lo sucedido en Monte Arruit donde acabaron con un triste final, tres mil españoles. Dicho así fríamente,el triple que en la batalla de Trafalgar. Y la mayoría de ellos degollados y ...desarmados. Lo que se dice una carnicería.


En el seco y caluroso mes de Julio de 1921 seis mil españoles con atacados en Annual por unos quince mil rifeños fanatizados, provocando una desbandada ; más que una retirada ; por un camino entre colinas plagadas de enemigos. El sacrificio del Regimiento de Caballería de Alcántara y sus sucesivas cargas evitó una masacre total, a costa de un noventa por ciento de bajas. El cauce seco del Rio Igan y el Desfiladero de Izumar se llenaron de cadáveres.

Los supervivientes comandados por el General Navarro (tras el suicidio del General Silvestre) marchan en dirección a Melilla apoyándose en la cadena de fortificaciones que hay hasta Melilla a unos sesenta kilómetros. Por el camino van recogiendo los restos de las posiciones españolas que han logrado escapar a la muerte (en algunos casos, un solo hombre).

Llegan a Dar Drius y absurdamente deciden no resistir en ella, a pesar de estar bien dotada de agua y suministros. Evacuan la posición y se dirigen a la de Monte Arruit. Son tres mil hombres heridos,desmoralizados, sedientos y agotados,muchos van sin armas,abandonadas en una vergonzosa huida. Caminan de noche para evitar el tórrido calor,pero a un kilómetro rodean a la columna enemigos que portan banderas blancas y cuando están a escasos metros les sueltan una descarga de fusilería. En una alocada carrera (los que pueden); abandonando a los heridos y los tres cañones que aún les quedan; consiguen llegar a las 7 de la mañana del 29 de Julio con solo una ametralladora, veintidós caballos y veinte mulos.

Allí son cercados y aislados. Nador ha capitulado. También el sitio de la Alcazaba de Zeluan ha terminado: la guarnición de seiscientos hombres (la mayoría los heridos de Annual en peores condiciones) es pasada a cuchillo y los dos oficiales al mando son quemados vivos. Las posibilidades de recibir apoyo han desparecido.


Monte Arruit ocupa unos diez mil metros cuadrados en una pequeña elevación con un perímetro de mampostería de unos 500 metros. Pero no tiene pozo dentro de sus muros y la aguada está a 500 metros y solamente hay 10 sacos de garbanzos,16 de judías, 23 de arroz,8 de café,22 de azúcar y 100 litros de aceite para alimentar a tres mil diecisiete hombres. El rancho que se pudo preparar con éstos víveres no era muy adecuado para el verano marroquí. La carne de los animales aportó las proteínas para los heridos. La municiones también son exiguas:se reducen a unos 55 cartuchos por individuo, y solo en la unidades mejor dotadas.

Como recibimiento los rifeños les disparan ese día 114 granadas con los cañones y el equipo capturado en la madrugada.

El 2 de Agosto los rebeldes vuelven a intentar el truco de la banderas blanca,nuevamente para intentar un asalto. Uno de los cañonazos destroza el brazo del jerezano Fernando Primo de Rivera y Orbaneja (Teniente Coronel de los bravos jinetes del Alcántara), hay que amputarlo y no hay anestesia.Pero se amputa, aunque la gangrena acabó con él tres días más tarde.

El 5 de Agosto la sed es extrema.200 hombres cargados con cantimploras intentan llegar al pozo. Pocos son los que regresan y sin una gota. Esporádicamente algún solitario avión lanza bloques de hielo,pan y cartuchos;vuelan alto para evitar los disparos de fusil y la carga casi siempre cae fuera de la posición,municionando y alimentando al enemigo. Los moros se dedican a saquear y quemar el poblado próximo,incluida la maquinaria agrícola.

Siguen lloviendo los cañonazos (recibieron 492 en los 12 días de asedio) y el 7 de Agosto la metralla hiere al General Navarro,la misma granada causa 34 bajas más. Desesperanzado, decide enviar al Teniente Suárez Cantón a negociar,pero en el momento en que despliega la bandera de parlamento recibe una descarga.

El 9 de Agosto un solitario jinete enemigo llega a la puerta y entrega una carta donde consta que los Jefes enemigos plantean un cese de hostilidades para iniciar conversaciones sobre la capitulación y Navarro accede.

A mediodía llegan los Jefes. No me resisto a dar sus nombres:Buharray , Abd-el-Kader, Abidalal, Ben-Chelal,Sidi Hassan y otros menos principales. Se reúnen con Navarro y su Estado Mayor, todos heridos y acuerdan las condiciones que son recogidas por escrito en español y árabe:Entrega de armas y salida hacia Melilla,primero los heridos,salvo lo más graves que quedarán en el poblado a cargo de sanitarios españoles.

Se comienza la evacuación. Los soldados que portan a los heridos van entregando las armas y saliendo en columna por la puerta de la posición. Los oficiales en la puerta ven pasar la lastimosa comitiva. A unos cien metros aparecen los rebeldes al otro lado del muro que discurre paralelo al camino (ver foto) y los fusilan a placer,rematando a los impedidos.

Dentro de la posición la mayoría de los soldados ya han entregado las armas,entonces los moros saltan el muro del reducto y con cuchillos y fusiles atacan a todo español que corre o se mueve. Algunos;los aún no desarmados; se defienden y hacen vacilar a los atacantes que cesan el fuego;los oficiales se imponen y ordenan a los supervivientes cumplir lo pactado:entregar las armas y salir en fila. Han dado su palabra y han firmado el acuerdo.

De nuevo una columna de indefensos soldados toma el camino en suave bajada pasando sobre los cadáveres mutilados de sus compañeros. A la misma distancia se repite la operación y una doble fila de rifeños aparece sobre el muro disparando y acuchillando a los desgraciados. Cada hombre trata de escapar de la escabechina, Ben Chelal monta a Navarro a la grupa de su caballo y lo lleva a su casa a un kilómetro del puesto,su escolta montada hace lo mismo con algunos oficiales. Para ellos valen más vivos que muertos, pues piensan pedir rescates a las familias.

Además de ellos, 50 soldados salvaron la vida y quedaron prisioneros. El enemigo se había cansado de matar. Algunos murieron durante los dos años que duró su duro cautiverio.


El 24 de Octubre jinetes del Regimiento Farnesio llegan a Monte Arruit y respirando el fétido aire ,tienen que contemplar una escena dantesca. Todos los cadáveres yacían insepultos tal y como cayeron. Casi tres meses y medio pudriéndose bajo el inmisericorde sol del Rif.

Llegó el resto de la tropa, se sacaron fotos (algunas nunca nadie las ha visto,y aún no han sido desclasificadas).Comienzan la triste cosecha de despojos,miembros mutilados y cabezas cortadas,contemplando la barbarie en la forma en que les dieron muerte a algunos. En la Enfermería encuentran 107 enfermos degollados en sus camas,otros 200 en la Aguada con el vientre abierto,algunos descuartizados. Todo el campo está sembrado de cadáveres resecos.

Para dar un descanso digno El Ejército es auxiliado en esa dura labor por los Hermanos de La Salle. Por doquier aparecen restos,debido a ello los muertos se cuentan según los cráneos que se encuentran.Se recuperaron 2.996 de ellos.

Cuando al Rey Alfonso XIII le comunican la cantidad de dinero que Ab-El-Krim pide como rescate de los prisioneros,solamente se le ocurre comentar; “Hay que ver lo cara que está la carne de gallina”. Muy ocurrente el Borbón.


domingo, 9 de marzo de 2014

Los Héroes del C 5

Submarino Español de la Clase C (en éste caso el C 4,gemelo del C 5)


Hace unos día estuve viendo en la Televisión una película bélica sobre un comando estadounidense que trata de robar la máquina codificadora “Enigma” de un submarino alemán en la Segunda Guerra Mundial. Seguramente;como otras; basada en hechos reales.



La secuencia dramática se desarrolla en esa situación donde el submarino debe bajar a una gran profundidad mientras sufre un ataque con cargas de profundidad por parte de un destructor. Es una situación muy repetida en películas de esa temática ,ya que refleja una circunstancia donde la nave puede quedar colapsada por la presión con un fatal desenlace para sus ocupantes.



Gracias al cine conocemos a esos esforzados marineros,sudorosos y quietos en esa tensa y peligrosa espera hasta que los enemigos los dan por hundidos. Auténticos héroes, ya sean norteamericanos,alemanes o rusos.




En España también tenemos héroes de ese tipo;o probablemente mayores; pues en peores circunstancias y durante más tiempo que en todas las películas que se han rodado sobre el tema; tuvieron que soportar esa situación.



Pero son absolutamente desconocidos. Por eso desde éste pequeño rincón me atrevo a contar su historia.





El primer año de nuestra Guerra Civil el Submarino C 5 de la Armada Española y después de diversas peripecias llega al Puerto de Bilbao con otras unidades para tratar de hundir los barcos de la marina rebelde que controlaban el Cantábrico desde sus bases gallegas.



Los Clase C eran unas naves de rendimiento mediocre. Su cota máxima en inmersión era; teóricamente; de 80 metros,pero algunas unidades hacían agua a 50 metros. Los periscopios se rompían con facilidad y eran muy poco fiables para calcular distancias. Como armamento montaban el impreciso y complicado Vickers de 76 mm y seis tubos lanzatorpedos,pero sin dirección de lanzamiento.



Pero sobre todo estaban mal dirigidas. Tras el Golpe de Estado se fusiló a gran parte de los oficiales de la Armada por ser simpatizantes del mismo. Por ello el C 5 estaba comandado por un "Comité" (Un Auxiliar de radio, un cabo y un marinero), cuyo Presidente ostentaba el mando real del barco. En su primera misión casi naufragan al realizar la inmersión de prueba, debido a la impericia en la maniobra. Debido a ello en Málaga el Jefe de Submarinos nombra al Capitán de Corbeta José Maria de Lara para dirigir (más como “asesor”que como comandante) el buque,aunque el Comité tenía dudas sobre su lealtad a La República porque era católico. Para secundarlo designan a un oficial... de marina mercante y como Jefe de Máquinas nombran a un maquinista de 3ª ,prácticamente el que engrasa los motores.





Un día les llega la información de la localización exacta del acorazado España y tras sacar de un bar al Presidente (en estado de embriaguez) logran zarpar y se dirigen a su encuentro.Cuando es avistado se aproximan en inmersión y a distancia de lanzamiento le disparan dos torpedos.



Cada torpedo marcha por donde quiere. Acercándose aún más le disparan otros dos y al poco tiempo escuchan una gran explosión. Los torpedos han estallado al chocar contra la costa,lejos del acorazado. El Presidente del Comité (con una buena resaca ) piensa que se trata de un sabotaje del Capitán Lara, que se limitó a dar las distancias que marcaba el periscopio. Lara acaba confinado en su camarote.



Tres días después se encuentran frente a la costa asturiana cargando las baterías aprovechando una espesa niebla:Divisan a unos 1.500 metros a dos de los pesqueros armados (llamados bous) por los nacionales con cañones de 76, 57 mm e incluso ametralladoras. El Presidente del Comité;suponemos que henchido de ardor guerrero;decide enfrentarse con ellos a cañonazos. La decisión es absurda por la escasa visibilidad, el escaso valor militar de los barquitos comparado con el daño que podía recibir el submarino, y el riesgo que suponía alertar a otras unidades.(los pesqueros armados solían operar en grupo para suplir su escaso armamento). Evidentemente el Capitán estaba en contra,pero a pesar de ello El Presidente del Comité ordenó el fuego.





Los bous le responden con todo lo que tienen y se lanzan a toda máquina acortando distancia a unos 300-150 metros intentando chocar con el C 5.Los bous dan la alerta y acuden a la caza cuatro más que lo persiguen. Más tarde se le une a un hidroavión Savoia que lo ametralla y bombardea y también el destructor Velasco que lo cañonea desde lejos.

A éstas alturas de los hechos el telegrafista metido a capitán debía padecer una incontinencia fecal aguda,pues se dio cuenta de que “la había cagado”.Imagino los marineros le “rogarían” a Lara que se hiciera cargo de la situación.Y lo hace ordenando sumergirse a toda prisa y en picado (los artilleros se tiraron de cabeza por la escotilla,dejando la munición en cubierta y el cañón sin trincar) librándose por los pelos de un abordaje (uno de los bous pasó rozando el casco).Estabilizan la nave a unos 50 metros.....esa profundidad a la que los Clase C suelen tener “filtraciones”...



Continuamos con la historia, pero pondremos el relato “dramatic mode ON”



El Velasco es un verdadero buque de guerra y le lanza sus cargas de profundidad. Se paran las bombas de achique para estar en silencio, así pueden escuchar las explosiones que se acercan y hacen temblar el barco....Una.....dos....a la tercera.... un terremoto sacude el barco,saltan pernos u crujen mamparos y la nave se queda a oscuras y sin propulsión.


El submarino comienza a caer a plomo,.No es una bajada voluntaria como en la mejores películas del género ,sino un descenso lento hasta el mismo fondo marino. En silencio el capitán ilumina con una linterna la esfera sin cristal del manómetro de profundidad,donde la aguja baja paulatina e inexorablemente. Al llegar a los 80 metros Lara se persigna esperando que el submarino (y él mismo) sea aplastado por la presión de un momento a otro.

Un tremendo golpe sacude a todos. Sorpresivamente han tocado fondo y el descenso se detiene bruscamente...a 85 metros. Han superado en cinco metros el limite máximo y el submarino aguanta....por ahora.


Se consigue restablecer el alumbrado y se ordena la valoración de daños. El brutal choque ha causado averías muy graves:Numerosas vías de agua (si el agua salada entra en contacto con las baterías se producirá gas cloro asfixiando a la tripulación),las bombas de achique tienen los ejes doblados y no funcionan,las cámaras de torpedos tienen 20 centímetros de agua;y otras muchas. El barco está al limite.



En esos momentos se ponen a prueba;tanto como se hace necesaria; la capacidad de un comandante y la eficiencia de una tripulación. Las reparaciones son complejas y laboriosas:desmontar bombas y compresores, ajustar ejes,taponar grietas y fugas,etc. Y todo ello lleva su tiempo...mucho tiempo.



Pero hay una pregunta que nadie hace,pero que todos piensan: ¿Tendremos suficiente oxígeno?.



Lara se impone con autoridad y organiza los trabajos en orden a su urgencia. Faltan materiales y repuestos para averías tan severas, el ingenio y la improvisación española los suplirán. Todos los marineros no activos (Presidente del Comité incluido) deben permanecer en las literas quietos y en silencio con algo de agua y comida. Las ordenes deben darse por señas y nadie puede hablar salvo el capitán, para consumir la menor cantidad de oxígeno posible.



Han pasado ya doce horas en el fondo del mar y el cansancio y la hipoxia ralentizan los movimientos de los hombres que trabajan. Los más menudos entran en los tubos y sacan los torpedos a mano,desmontan sus cabezas explosivas con el agua hasta las rodillas.



En otro lado,no sabemos lo que pasaría por la cabeza de aquellos marineros inmóviles en sus camastros,viendo pasar angustiosamente las horas. Un suboficial trabajosamente saca su pistola y se la lleva a la sien...”acabemos ya”...alguien se la arrebata torpemente antes de que apriete el gatillo. No debe permitirse que alguien pierda los nervios y se desate el pánico, hay que seguir trabajando.



Y así siguieron, mucho tiempo,nada menos que casi dos días. Tras 44 horas el capitán considera que las reparaciones indispensables para intentar emerger han terminado. Y digo intentar porque desconoce si las hélices han sufrido daños o el aire de los tanques es suficiente para soplar el lastre. Solo tienen una oportunidad, si falla quedarán en el abismo para siempre.



Tras unas palabras a la tripulación De Lara da la orden. Unos chirridos y unos soplidos, y el submarino empieza a ascender. Cuarenta y pocos hombres han vuelto a la vida.Por fin.Afortunadamente nadie les espera arriba...creen que han muerto, ES IMPOSIBLE QUE HAYAN SOBREVIVIDO.





No había llegado su hora todavía. El C5 continuó navegando tres meses más hasta perderse para siempre sin saber porqué.



Pero eso ya es otra historia.