Sin duda alguna la
Historia está llena de paradojas y aún más la contemporánea. La
tan denostada Guerra del Golfo (aquella del “ No a la Guerra”)
provocó una decena de bajas en las Fuerzas Españolas, y la Misión
de Paz en Afganistán ya nos lleva causadas más de cien. Pero eso no
es una guerra,las guerras son impopulares.
En España,una de las más
impopulares ha sido las;tan recurrentes en la Historia de nuestro
país;Guerras Marroquíes. Y no sin razón:fueron largas,
costosas,cruentas y sobre todo crueles. Muy crueles, pues acabaron en
una espiral donde,después de los hechos que relataremos; acabamos
bombardeando con gas mostaza (cuando ya se había prohibido su
empleo) los poblados bereberes.
Y no digamos costosas en
vidas. Y es que ;al menos para mí;los números son importantes. Cada
vida que se pierde es una tragedia personal,familiar y social; por
ello, en mayor cuantía la tragedia se convierte en catástrofe.
Así me atrevo a
calificar lo sucedido en Monte Arruit donde acabaron con un triste
final, tres mil españoles. Dicho así fríamente,el triple que en la
batalla de Trafalgar. Y la mayoría de ellos degollados y
...desarmados. Lo que se dice una carnicería.
En el seco y caluroso mes
de Julio de 1921 seis mil españoles con atacados en Annual por unos
quince mil rifeños fanatizados, provocando una desbandada ; más que
una retirada ; por un camino entre colinas plagadas de enemigos. El
sacrificio del Regimiento de Caballería de Alcántara y sus
sucesivas cargas evitó una masacre total, a costa de un noventa por
ciento de bajas. El cauce seco del Rio Igan y el Desfiladero de
Izumar se llenaron de cadáveres.
Los supervivientes
comandados por el General Navarro (tras el suicidio del General
Silvestre) marchan en dirección a Melilla apoyándose en la cadena
de fortificaciones que hay hasta Melilla a unos sesenta kilómetros.
Por el camino van recogiendo los restos de las posiciones españolas
que han logrado escapar a la muerte (en algunos casos, un solo
hombre).
Llegan a Dar Drius y
absurdamente deciden no resistir en ella, a pesar de estar bien
dotada de agua y suministros. Evacuan la posición y se dirigen a la
de Monte Arruit. Son tres mil hombres heridos,desmoralizados,
sedientos y agotados,muchos van sin armas,abandonadas en una
vergonzosa huida. Caminan de noche para evitar el tórrido calor,pero
a un kilómetro rodean a la columna enemigos que portan banderas
blancas y cuando están a escasos metros les sueltan una descarga de
fusilería. En una alocada carrera (los que pueden); abandonando a
los heridos y los tres cañones que aún les quedan; consiguen llegar
a las 7 de la mañana del 29 de Julio con solo una ametralladora,
veintidós caballos y veinte mulos.
Allí son cercados y aislados. Nador
ha capitulado. También el sitio de la Alcazaba de Zeluan ha
terminado: la guarnición de seiscientos hombres (la mayoría los
heridos de Annual en peores condiciones) es pasada a cuchillo y los
dos oficiales al mando son quemados vivos. Las posibilidades de
recibir apoyo han desparecido.
Monte Arruit ocupa unos
diez mil metros cuadrados en una pequeña elevación con un perímetro
de mampostería de unos 500 metros. Pero no tiene pozo dentro de sus
muros y la aguada está a 500 metros y solamente hay 10 sacos de
garbanzos,16 de judías, 23 de arroz,8 de café,22 de azúcar y 100
litros de aceite para alimentar a tres mil diecisiete hombres. El
rancho que se pudo preparar con éstos víveres no era muy adecuado
para el verano marroquí. La carne de los animales aportó las
proteínas para los heridos. La municiones también son exiguas:se
reducen a unos 55 cartuchos por individuo, y solo en la unidades
mejor dotadas.
Como recibimiento los
rifeños les disparan ese día 114 granadas con los cañones y el
equipo capturado en la madrugada.
El 2 de Agosto los
rebeldes vuelven a intentar el truco de la banderas
blanca,nuevamente para intentar un asalto. Uno de los cañonazos
destroza el brazo del jerezano Fernando Primo de Rivera y Orbaneja
(Teniente Coronel de los bravos jinetes del Alcántara), hay que
amputarlo y no hay anestesia.Pero se amputa, aunque la gangrena acabó
con él tres días más tarde.
El 5 de Agosto la sed es
extrema.200 hombres cargados con cantimploras intentan llegar al
pozo. Pocos son los que regresan y sin una gota. Esporádicamente
algún solitario avión lanza bloques de hielo,pan y cartuchos;vuelan
alto para evitar los disparos de fusil y la carga casi siempre cae
fuera de la posición,municionando y alimentando al enemigo. Los
moros se dedican a saquear y quemar el poblado próximo,incluida la
maquinaria agrícola.
Siguen lloviendo los
cañonazos (recibieron 492 en los 12 días de asedio) y el 7 de
Agosto la metralla hiere al General Navarro,la misma granada causa 34
bajas más. Desesperanzado, decide enviar al Teniente Suárez Cantón
a negociar,pero en el momento en que despliega la bandera de
parlamento recibe una descarga.
El 9 de Agosto un
solitario jinete enemigo llega a la puerta y entrega una carta donde
consta que los Jefes enemigos plantean un cese de hostilidades para
iniciar conversaciones sobre la capitulación y Navarro accede.
A mediodía llegan los
Jefes. No me resisto a dar sus nombres:Buharray , Abd-el-Kader,
Abidalal, Ben-Chelal,Sidi Hassan y otros menos principales. Se reúnen
con Navarro y su Estado Mayor, todos heridos y acuerdan las
condiciones que son recogidas por escrito en español y árabe:Entrega
de armas y salida hacia Melilla,primero los heridos,salvo lo más
graves que quedarán en el poblado a cargo de sanitarios españoles.
Se comienza la
evacuación. Los soldados que portan a los heridos van entregando las
armas y saliendo en columna por la puerta de la posición. Los
oficiales en la puerta ven pasar la lastimosa comitiva. A unos cien
metros aparecen los rebeldes al otro lado del muro que discurre
paralelo al camino (ver foto) y los fusilan a placer,rematando a los
impedidos.
Dentro de la posición la
mayoría de los soldados ya han entregado las armas,entonces los
moros saltan el muro del reducto y con cuchillos y fusiles atacan a
todo español que corre o se mueve. Algunos;los aún no desarmados; se
defienden y hacen vacilar a los atacantes que cesan el fuego;los
oficiales se imponen y ordenan a los supervivientes cumplir lo
pactado:entregar las armas y salir en fila. Han dado su palabra y han
firmado el acuerdo.
De nuevo una columna de
indefensos soldados toma el camino en suave bajada pasando sobre los
cadáveres mutilados de sus compañeros. A la misma distancia se
repite la operación y una doble fila de rifeños aparece sobre el muro disparando y acuchillando
a los desgraciados. Cada hombre trata de escapar de la escabechina,
Ben Chelal monta a Navarro a la grupa de su caballo y lo lleva a su
casa a un kilómetro del puesto,su escolta montada hace lo mismo con
algunos oficiales. Para ellos valen más vivos que muertos, pues
piensan pedir rescates a las familias.
Además de ellos, 50
soldados salvaron la vida y quedaron prisioneros. El enemigo se había
cansado de matar. Algunos murieron durante los dos años que duró su
duro cautiverio.
El 24 de Octubre jinetes
del Regimiento Farnesio llegan a Monte Arruit y respirando el fétido
aire ,tienen que contemplar una escena dantesca. Todos los cadáveres
yacían insepultos tal y como cayeron. Casi tres meses y medio
pudriéndose bajo el inmisericorde sol del Rif.
Llegó el resto de la
tropa, se sacaron fotos (algunas nunca nadie las ha visto,y aún no
han sido desclasificadas).Comienzan la triste cosecha de
despojos,miembros mutilados y cabezas cortadas,contemplando la
barbarie en la forma en que les dieron muerte a algunos. En la
Enfermería encuentran 107 enfermos degollados en sus camas,otros 200
en la Aguada con el vientre abierto,algunos descuartizados. Todo el
campo está sembrado de cadáveres resecos.
Para dar un descanso
digno El Ejército es auxiliado en esa dura labor por los Hermanos de
La Salle. Por doquier aparecen restos,debido a ello los muertos se
cuentan según los cráneos que se encuentran.Se recuperaron 2.996 de
ellos.
Cuando al Rey Alfonso
XIII le comunican la cantidad de dinero que Ab-El-Krim pide como
rescate de los prisioneros,solamente se le ocurre comentar; “Hay
que ver lo cara que está la carne de gallina”. Muy ocurrente el
Borbón.