Muchos y desafortunados
incidentes se sucedieron en la singladura de la mal llamada Armada
Invencible. El epíteto de la flota es de origen inglés, que son muy
dados a esas exageraciones. De hecho se llama así uno de sus
portaaviones, aquel que en la Guerra de Las Malvinas tuvo que ser
retirado de la batalla durante 15 días debido a un ataque (según
los británicos fallido...) de la Fuerza Aérea Argentina.
El nombre oficial era la
Grande (que lo era) y Felicísima (que no lo fue tanto) Armada.
Pues bien uno de esos desgraciados sucesos fue la explosión de la santabarbara del galeón San Salvador (Vicecapitana de la Flota de Guipuzcoa).La popa prácticamente saltó por los aires y se declaró un pavoroso incendio. Se mandó ayuda desde los barcos vecinos, pero la extinción resulta difícil en un barco de madera. A pesar de ello se consiguió apagar y mantenerlo a flote, pero el barco quedó inútil para navegar.
Durante toda la noche se
transbordaron a otras unidades los que estaban en condiciones de
hacerlo y se salvó apresuradamente parte de la carga. Pero la
Armada no debía detenerse y dándolo por perdido se abandonó, aún
con cincuenta heridos (casi todos grandes quemados) abordo.
Los ingleses que seguían
a la Flota lo “capturaron” y lo remolcaron hasta el puerto de
Weymouth para aprovechar todo lo que se pudiera de la presa.
Pedro Coco Calderón
Contador de la Armada y que acogió en su barco a treinta de sus
tripulantes (incluido el Vicealmirante,o sea que sabía lo que decía)
en su “Relación” nos indica la causa de éste desastre : “Dicen
que el capitán Pedro de Pliego dio de palos á un artillero alemán,
el cual se fue abajo diciendo estaba una pieza mojada de la mar y que
era necesario disparalla, como lo hizo, y arrojó el botafuego dentro
del barril de la pólvora. Voláronse las dos cubiertas de la popa y
mas de ducientas personas, y entre ellos el alférez Castañeda que
estaba de guardia á la pólvora”.
Petruccio
Ubaldini (escritor toscano a sueldo en la corte de la reina de
Inglaterra) que no era marino ni estuvo en los hechos escribió otra
“Relación” (es casi una novela) llena de errores y
fantasías, aporta una variante “galante” a la historia: La mujer
del artillero (que imaginamos una ebúrnea dama germánica) mantenía
trato carnal con el capitán del barco. Al enterarse aquél; en la
desesperación del cornudo y como venganza; incendió la pólvora.
La
explicación siempre suscitó risas entre los historiadores, pues
pensaban que el italiano aderezaba el relato con estos detalles
escabrosos para hacerlo más interesante.
Además
la presencia de “mujeres publicas o particulares” en los barcos
había sido totalmente prohibida y con severos castigos para los que
la incumpliesen. Por si fuera poco en el último momento antes de
zarpar se revisaron a fondo las naves para descubrir su presencia (y
solo se hallaron veinte, muy pocas en realidad).Así pues, era muy difícil que el
artillero subiera a su mujer al barco y menos aún que la mantuviera
oculta durante tantas semanas.
Pero
leyendo en éstos día vacacionales un libro inglés sobre el periplo
de la Gran Armada, encuentro en un apéndice el minucioso inventario
que hizo el Alcalde de Weymouth de lo que se descargó del maltrecho
San Salvador y que traduzco: Cincuenta y tres barriles de vino y tres
toneladas de carne de buey en mal estado y uno de judías. Pero
además pregunta al Gobernador qué debe hacerse con los
supervivientes (doce habían muerto por el camino) que eran: diez
españoles, cuatro alemanes, dos franceses y.....una mujer alemana.
¿Sería
acaso la esposa adúltera del artillero?