Hoy sacamos de un
merecido olvido a un personaje que viene a confirmar el refrán de
que “A rio revuelto,ganancia de pescadores”.Y para tiempos
revueltos los que vivió España en la segunda mitad de los años
treinta del pasado siglo,sobre todo a partir del año 36.
Así proliferaron en uno
y otro lado personajes de una catadura moral de lo más bajo y
ruin.,en La Cueva del Saurio hemos sacado de paseo a algunos.
Nuestro personaje de hoy
se llamaba Agapito García Atadell. Era un lucense de Vivero, de
oficio impresor, que desde joven destacó por su ideología
revolucionaria de izquierdas, lo que le llevó a purgar un año de
prisión durante la Dictadura de Primo de Rivera.
En 1928 se instaló en
Madrid para trabajar de tipógrafo en los talleres de el periódico
El Sol, a la vez que transfugó desde la filas comunistas hasta el
PSOE ,donde trabó amistad con Indalecio Prieto que lo aceptó como
articulista en el periódico El Socialista.
Recién llegada la
República se erige en uno de los promotores de la huelga
revolucionaria del año 1934,en concreto se encargó de imponerla
entre el sector de la prensa escrita,sobre todo en el periódico
conservador ABC. La huelga fue duramente reprimida por el Ministro de
Gobernación republicano Rafael Salazar Alonso (posteriormente
detenido “por burgués” en Septiembre de 1936 por elementos
anarquistas y fusilado ese mismo mes en la Cárcel Modelo de Madrid).
Por ello vuelve a la cárcel donde coincide con el socialista
Francisco Largo Caballero (el “Lenin español”).Con el siguiente
gobierno, fue indultado.
Así llegó el 18 de
Julio de 1936.Ya sabemos lo que pasó.
En
Agosto de 1936 el Gobierno del Frente Popular nombró muchos “agentes
de Policía”,casi todos afiliados al Partido Socialista, como
elementos de confianza para el gobierno. Un grupo (48 “agentes”)
de estos improvisados policías bajo el mando de Agapito Garcia
Atadell (que hasta entonces era Tesorero en la sede del Comite
Nacional del Partido.....) fue agregado a la Brigada de Investigación
Criminal dirigida por el Comisario Antonio Lino, pero con un
funcionamiento “autónomo”, tan autónomo que pronto se
desligaron de ella , pasando a denominarse con él mas al uso (de
entonces) de Milicias Populares de Investigación y estableciendo su
propio cuartel (como centro de detención y tortura) en el palacio
incautado a los condes del Rincón .Como segundo jefe estaba Ángel
Pedrero García, y como jefes del Grupo, Luis Ortuño y Antonio
Albiach Giral.
Afortunadamente ésta brigada
solamente operó en Madrid tres meses y poco, desde los primeros días
de Agosto hasta principios de Noviembre de 1936. Durante ese tiempo
realizó unas ochocientas detenciones. A buena parte de las cuales
les fue aplicada la “justicia proletaria” (últimamente he
escuchado éste mismo término de boca de un emergente líder
político) y acabaron en una cuneta con un tiro en la cabeza.
El “modus operandi” era
siempre el mismo:de noche o al amanecer se personaban en los
domicilios de la víctimas previamente seleccionadas (que solían ser
personas acomodadas) con un coche (para trasladar a los detenidos) y
una furgoneta (para cargar el producto de las “incautaciones”).Ya
en la “checa” se les interrogaba o torturaba si el registro no
había sido todo lo “fructífero” que esperaban ,para que
declararan donde estaban lo que suponían que escondían.
Posteriormente,sin juicio y según criterio de Agapito, aparecían
tiroteados en un descampado de las afueras.
Militares,nobles...joyeros.
Hubo muchos como el diputado Fernández Heredia, ,el redactor jefe
del periódico La
Nación,
el
Secretario Personal de Alejandro Lerroux (Jefe de Gobierno durante
la República), y el General Osvaldo Capaz Montes, (que en Abril de
1934 desembarcó en Ifni, tomando posesión del territorio y que fue
asesinado sin juicio en Agosto de 1936). Otros como la Duquesa de
Arcentales conseguían “comprar” su vida a los milicianos y su
trayecto terminaba en alguna Embajada.
La
Brigada de Atadell gozaba para la realización de sus detenciones y
expolio no sólo del apoyo de la autoridad oficial, sino de la ayuda
del Sindicato de Porteros de Madrid (que disponía de delegados en el
propio Comité de la “checa”) e incluso de los propios Archivos
de la Dirección General de Seguridad. Algunos diputados socialistas
y
ministros (como el de Comercio, Anastasio de Gracia y el propio de
Gobernación Ángel Galarza) visitaron la “checa” para insuflar
ánimo, felicitar personalmente a su jefe o dar instrucciones
“reservadas” .De éstas últimas resultaron algunos hechos
luctuosos;el periodista Luis Calamita (paisano y adversario político
de Galarza) fue detenido y asesinado por la Brigada de Atadell, así
como la periodista francesa Carmen de Bati,socialista también,pero
muy crítica con el ministro.
Agapito,
que siempre recibía con cortesía a la prensa, declaraba en El
Heraldo de Madrid de fecha 20 de Agosto de 1936:
“La
clase trabajadora puede tener la seguridad de que los que aquí
trabajamos sólo tenemos una aspiración común: servir enteramente
al marxismo contra un capitalismo fracasado y por ello, si es
preciso, entregaremos nuestras vidas. Entre nosotros no hay
divergencias, ya que todos tenemos el mismo ideal y por él luchamos
y siempre seguiremos las rutas que nuestros partidos determinen.
Todos, absolutamente todos, estamos llenos de un magnífico
espíritu”.
Éste
“magnifico espíritu” le lleva a hacer que su esposa (Piedad
Domínguez, una antigua monja de su mismo pueblo) “done”a la
Brigada 40.000 pesetas de la cuenta “pantalla” que a nombre de
ésta tenia en el Banco Hispano Americano (curioso, para un hombre
que cobraba del Partido 850 pesetas mensuales).
También
éste “magnifico espíritu” le lleva a desplazarse junto con tres
de sus ayudantes (Luis Ortuño, Pedro Penabad y
Ángel Pedrero) a Alicante con la excusa de incautarse de unos
chalets de algunos de sus “difuntos” y destinarlo a fundar (según
decía) una Colonia Infantil para que los hijos de los policías
disfrutasen de la playa. Pero con ellos viajan también las
respectivas de todos y un precioso juego de maletas de piel. Maletas
que contienen el equivalente a 25 millones de pesetas de la época en
diamantes,piedras preciosas, collares, anillos y otras joyas...
Allí
“compran” al Vicecónsul de Cuba carnets de identidad (con fecha
anterior al 18 de julio, para no levantar sospechas) y; puestos a
comprar; el Vicecónsul de Argentina también se llevó su parte, ya
que los metió en el "25 de Mayo",barco argentino con destino a
Marsella.
Allí
vende una pequeña parte del botín por 84.000 francos y reparte con
Pedrero y Ortuño, que se “diluyen”.Solo García Atadell y Pedro
Penabad viajan hasta St. Nazaire donde el 19 de Noviembre embarcan en
el vapor "Mexique" con destino a Cuba.
Durante
la travesía se muestra magnánimo con la tripulación y el servicio,
a quien da generosas propinas. Ello le sirve para trabar amistad con
uno de los pasajeros, un tal Ricard que se hace cómplice suyo.
Pero
en la escala que el barco hace en Santa Cruz de la Palma y a través
de una rocambolesca situación (que no voy a relatar por prolija) son
detenidos, Ricard incluido.
Fueron
juzgados por la Audiencia Territorial de Sevilla en Junio de 1937.En
el juicio Atadell pretende aparentar ser una persona humanitaria y
carga todas las culpas a los anarquistas y comunistas. Pero las
testificales con abrumadoras y tanto Agapito García Atadell como
Pedro Penabad son condenados a la pena de muerte y Ernesto Ricard a
la pena de reclusión por veinte años.
El
15 de Julio de 1937, el poco experimentado; pues solo había
“aplicado la justicia del garrote” en dos ocasiones
anteriormente; Cándido Cartón , Verdugo de la Audiencia de Sevilla
llevo a cabo la ejecución de las sentencias .Se retiraría en 1945
después de haberles puesto el “corbatín” a 22 reos.
Y
es que tristemente “a todo cerdo le llega su San Martín”.
Flanqueando al Comisario Lino, a su derecha Agapito Garcia y a su izquierda Pedro Penabad.
Un delincuente revestido de autoridad.
ResponderEliminarComo vemos, algo muy comun en la Historia de España.
ResponderEliminarLa historia que no se conoce ni se quiere difundir. Gracias Ezequiel.
ResponderEliminarCuando Atadell y sus compinches fueron detenidos el 24 de Noviembre de 1936 en Santa Cruz de La Palma, capital de la Isla de La Palma ( no confundir con LAS PALMAS ) su valiosísimo botín ( 16 maletas según la prensa de la época) de diamantes, joyas y divisas, depositado en los locales de Falange Española, fue repartido entre los jerarcas franquistas de la localidad, dando lugar, en algún caso, a importantísimas fortunas. Los diamantes y las joyas desengarzadas fueron vendidos en Tánger y en Londres con la colaboración de algún agente consular británico presentes en las Islas Canarias. Investigaciones policiales realizadas hacía 1944 y 45 a instancias del Marqués de La Eliseda ( desterrado en La Palma en 1943 por Franco y que reconoció alguna joya que fue robada a su familia) en búsqueda de su destino fueron cortadas presumiblemente por le Ministro Balsa Pérez González, natural de dicha isla. Ejemplo de como un botín de los "rojos" termino en manos de los "azules".
ResponderEliminarCorrección: Blas Pérez González, Ministro de la Gobernación.
ResponderEliminarGracias por leer el Blog y muy oportuna la aportación.Conozco la historia bien puesto que viví dos años en Santa Cruz de La Palma en los años 90 y me dieron sustanciosos detalles del "reparto".
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