miércoles, 30 de octubre de 2013

Cuestion de faldas



Muchos y desafortunados incidentes se sucedieron en la singladura de la mal llamada Armada Invencible. El epíteto de la flota es de origen inglés, que son muy dados a esas exageraciones. De hecho se llama así uno de sus portaaviones, aquel que en la Guerra de Las Malvinas tuvo que ser retirado de la batalla durante 15 días debido a un ataque (según los británicos fallido...) de la Fuerza Aérea Argentina.


El nombre oficial era la Grande (que lo era) y Felicísima (que no lo fue tanto) Armada.



Pues bien uno de esos desgraciados sucesos fue la explosión de la santabarbara del galeón San Salvador (Vicecapitana de la Flota de Guipuzcoa).La popa prácticamente saltó por los aires y se declaró un pavoroso incendio. Se mandó ayuda desde los barcos vecinos, pero la extinción resulta difícil en un barco de madera. A pesar de ello se consiguió apagar y mantenerlo a flote, pero el barco quedó inútil para navegar.


Durante toda la noche se transbordaron a otras unidades los que estaban en condiciones de hacerlo y se salvó apresuradamente parte de la carga. Pero la Armada no debía detenerse y dándolo por perdido se abandonó, aún con cincuenta heridos (casi todos grandes quemados) abordo.


Los ingleses que seguían a la Flota lo “capturaron” y lo remolcaron hasta el puerto de Weymouth para aprovechar todo lo que se pudiera de la presa.


Pedro Coco Calderón Contador de la Armada y que acogió en su barco a treinta de sus tripulantes (incluido el Vicealmirante,o sea que sabía lo que decía) en su “Relación” nos indica la causa de éste desastre : “Dicen que el capitán Pedro de Pliego dio de palos á un artillero alemán, el cual se fue abajo diciendo estaba una pieza mojada de la mar y que era necesario disparalla, como lo hizo, y arrojó el botafuego dentro del barril de la pólvora. Voláronse las dos cubiertas de la popa y mas de ducientas personas, y entre ellos el alférez Castañeda que estaba de guardia á la pólvora”.


Petruccio Ubaldini (escritor toscano a sueldo en la corte de la reina de Inglaterra) que no era marino ni estuvo en los hechos escribió otra “Relación” (es casi una novela) llena de errores y fantasías, aporta una variante “galante” a la historia: La mujer del artillero (que imaginamos una ebúrnea dama germánica) mantenía trato carnal con el capitán del barco. Al enterarse aquél; en la desesperación del cornudo y como venganza; incendió la pólvora.


La explicación siempre suscitó risas entre los historiadores, pues pensaban que el italiano aderezaba el relato con estos detalles escabrosos para hacerlo más interesante.


Además la presencia de “mujeres publicas o particulares” en los barcos había sido totalmente prohibida y con severos castigos para los que la incumpliesen. Por si fuera poco en el último momento antes de zarpar se revisaron a fondo las naves para descubrir su presencia (y solo se hallaron veinte, muy pocas en realidad).Así pues, era muy difícil que el artillero subiera a su mujer al barco y menos aún que la mantuviera oculta durante tantas semanas.


Pero leyendo en éstos día vacacionales un libro inglés sobre el periplo de la Gran Armada, encuentro en un apéndice el minucioso inventario que hizo el Alcalde de Weymouth de lo que se descargó del maltrecho San Salvador y que traduzco: Cincuenta y tres barriles de vino y tres toneladas de carne de buey en mal estado y uno de judías. Pero además pregunta al Gobernador qué debe hacerse con los supervivientes (doce habían muerto por el camino) que eran: diez españoles, cuatro alemanes, dos franceses y.....una mujer alemana.


¿Sería acaso la esposa adúltera del artillero?


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