Le debía ésta entrada a mi hija.
Hay una fortaleza en
ellos Estados Unidos donde no ondea la bandera de las barras y
estrellas. Y ese hecho, tratándose de un país que tiene en su
bandera una de sus señas de identidad es algo excepcional, pues
ondea la bandera de otro país.
Es así por un privilegio
especial concedido por el gobierno norteamericano, y la bandera no es
otra que la española. Bueno, exactamente es la bandera de España,
pero del siglo XVI:Blanca con una gran Cruz de Borgoña roja. Podemos
verla lucir sobre el mástil del Castillo de San Marcos.
Ciertamente es algo único
pero la situación lo merece, pues el castillo está situado en la
primera ciudad fundada por los europeos en territorio estadounidense,
y por ello es considerada la más antigua.
Cuarenta y dos años
antes de que a los “ Padres Peregrinos” establecieran la colonia
de Jamestown en Nueva Inglaterra Pedro Menéndez de Avilés fundó en
1565 la ciudad de San Agustín de La Florida.
Unos años antes los
españoles ya habían explorado la zona y habían detectado la
presencia un asentamiento de colonos y piratas hugonotes franceses
que utilizaban esa base (la llamaron Fort Caroline) para realizar
incursiones sobre nuestras colonias y asaltar nuestros barcos. Y era
una base considerable con unos mil doscientos marinos,colonos y
soldados y unos diez barcos de diverso porte.
Felipe II vio en ello el
principio de una invasión, y no le hizo ninguna gracia. Como era
rácano por naturaleza, aprovechó que Pedro Menéndez había
financiado una expedición para buscar a su hijo;naufrago en la
Florida; le encarga que elimine a los herejes. (enemigos endémicos
de la España de entonces). Ésta vez la suerte corrió de nuestra
parte y un huracán hunde la flota francesa,los españoles deciden no
exponer sus barcos a igual suerte y atacan por tierra arrasando la
colonia y después a los supervivientes del naufragio que se habían
refugiado en una pequeña bahía. Los arqueólogos han descubiertos
sus tumbas hace unos años y la bahía se llama aún hoy “de
Matanzas”, pues literalmente no quedó nadie con vida.
Sobre las ruinas fundó
la ciudad de San Agustín de La Florida y tres años después el Rey
lo nombra Gobernador de Cuba,desde donde envió numerosa ayuda a la
colonia, persiguió piratas y mando cartografiar la costa sur-este de
los EE.UU.
Los primeros veinte años
fueron pacíficos y prósperos, estableciéndose buenas relaciones
con los indígenas de la zona. Tanto que “nuestro amigo” Francis
Drake le hace una de sus habituales “visitas de cortesía” en
1586,dejando tras su paso saqueo y desolación,pues no iba
precisamente a “evangelizar indios”. España;con su diligencia
habitual; tardó aún ochenta y seis años en sustituir el viejo
fuerte de madera por uno de recia “piedra ostionera” y bien
artillado,el mencionado Castillo de San Marcos. Cuando en 1702 y 1740
los ingleses intentan de nuevo el asalto son recibidos por una lluvia
de cañonazos y se deban marchar con su británico rabo entre las
piernas.
Durante todos esos años
fueron “nuestros adorables vecinos”, pues San Agustín era el
límite del territorio español con la colonia inglesa de Carolina
del Sur. Y ello resultó un problema para los ingleses,pues los
esclavos negros escapaban de las plantaciones y se refugiaban en
territorio español buscando refugio, pues aunque en España también
era legal la esclavitud, el régimen era mucho más llevadero e
incluso tenían una serie de derechos como el demandar ante los
tribunales a su dueño.
Y es que además de
acogidos en fecha tan temprana como 1693 el Rey Carlos II (en un acto
de generosidad) les concede nada menos que la “libertad por
decreto”,pues según Real Cédula de ese año manifiesta que:"dando
libertad a todos, tanto a los hombres como a las mujeres, sea ello
ejemplo de mi liberalidad y dé lugar a que otros hagan lo mismo".
El regalo debió de sentar como una “patada en...el bolsillo” a
los hacendados del otro lado de la frontera,que comenzaron a
“presionar” a sus autoridades coloniales.
La gota que colmó el
vaso llegó en 1738,pues llegaron más de un centenar en lo que
pareció una fuga organizada. Entre los que llegaron y los que ya
había fundaron una población fortificada a pocas leguas de San
Agustín y en honor de la libertad que les era concedida le llamaron
Gracia Real de Santa Maria del Mosé, para que quedara claro.
Tantos llegaron a ser que
crearon incluso una milicia bajo bandera española (llamado “batallón
de negros”) con oficiales también de color,muy operativa y eficaz.
Tuvieron ocasión de demostrarlo:dos
años después un fuerte contingente de “casacas rojas” asaltan
Fuerte Mosé, pero la milicia se retira con orden a San Agustín
donde resisten a los ingleses que;una vez más;optan por retirarse.
Ciertamente lucharon como leones por su libertad, pues de haber caído
en manos británicas hubieran vuelto a la esclavitud.
Tanta
batalla y al fin y a la postre en virtud del Tratado de Paris en
1763,España transfiere la soberanía de la plaza al Reino Unido (a
cambio de que nos devolvieran La Habana y Manila). Los negros libres
marcharon a Cuba donde continuaron su vida como libertos, aunque
muchos regresarían cuando otro Tratado de Paris, ésta vez el de
1783.
Pero
los retornados se encuentran con que la ciudad ha sido ocupada por
los llamados “Patriotas de La Florida”,que reclamaban el
territorio para los Estados Unidos. Igual que a protestantes y a
ingleses,los españoles;blancos y negros; les pasaron por encima.
Aún
en 1812, el año de “La Pepa” el Gobernador español de La
Florida Don Sebastián Kindelán le dedica un bonito obelisco en una
nueva plaza de la ciudad que orgullosamente denomina como "Plaza
de la Constitución"; y así se sigue llamando y allí sigue el
obelisco.
Pero
lo que no pudo nadie,lo pudo la crisis y en 1821 cuando los vientos
de independencia se van concretando en todas las colonias de Sur y
Centroamérica, España vive la época convulsa del Trienio Liberal
tras la sublevación del General Riego y está sumida en una profunda
recesión económica y decide vender la Florida a los EE.UU por
cinco millones de dolares. No sabemos qué parte del total se gastó
Fernando VII en fulanas y juergas,pero debió de ser una buena
cantidad.
En
la actualidad los ciudadanos de San Agustín se muestran orgullosos
de su pasado español y conservan con esmero los palacios de los
Ximenez-Fatio, de los Hita o de los Mesa ,podemos pasear por las
calles Valencia, Granada, Cadiz, Avilés o Zaragoza,incluso el
Castillo de San Marcos es Monumento Nacional.
Allí
sigue, imbatido y perfectamente cuidado, y allí ondea nuestra
bandera.